Concurso de proyectos, 2010
Arquitecto: Javier Pérez Igualada
Arquitecto colaborador: Damián Ayala
A finales del siglo XIX la ciudad de Alicante tiende a abrirse hacia el mar, facilitando al máximo el acceso a su puerto. La prolongación del trazado ferroviario en la nueva línea de Murcia, y la construcción de la nueva estación de Alicante-Banalua, eran parte de ese proceso.
En 1886, el ingeniero M. Alemandy redactó el “Proyecto de la estación de Alicante-Benalúa”, que se constreuyó junto al recinto del puerto de Alicante. El edificio de viajeros es un magnífico ejemplo del lenguaje arquitectónico eclecticista, estructurado en una planta en U, con cuerpos laterales de una planta y un pabellón central de dos plantas, con un frontispicio que enmarca el reloj. La zona interior de andenes y vías está cubierta por una gran marquesina de estructura Polonceau, apoyada sobre columnas de fundición y construida por la empresa belga “La Louvière”. Es una espectacular estructura metálica, con singulares detalles de fundición, como los capiteles corintios de los soportes.
La propuesta que se presenta busca una integración del programa de Casa Mediterraneo en la estación de Benalúa que permita respetar y poner en valor la arquitectura ferroviaria original. Para ello, se propone lo siguiente:
1. RESTAURACIÓN: Es necesario eliminar los elementos impropios y añadidos realizados a lo largo de los años al proyecto original. Se eliminan, pues, las construcciones existentes en los cuerpos laterales de edificación, restituyendo el estado original del edificio, tal como aparece reflejado en la planta original de proyecto de Alemandy, que hemos podido obtener de la Cátedra Demetro Ribes de la Universidad de Valencia. El cuerpo central alberga en planta baja vestíbulo y recepción, y en planta alta las oficinas de dirección. Los cuerpos de edificación laterales se destinan a las cuatro áreas de trabajo señaladas en el programa.
2. ESPACIO INTERIOR: Consideramos fundamental el respeto a la espacialidad interior original de la nave central de la estación. Para ello, debe evitarse el situar en ella cuerpos de edificación que puedan vulnerar o distorsionar la percepción global de este espacio que originalmente alojaba los andenes y las vías de ferrocarril.
Los andenes y vías que ocupaban el centro de este espacio, generando una circulación perimetral del mismo, se sustituyen en la propuesta por una sucesión de tres patios ingleses, que dan acceso a la parte del programa que se desarrolla bajo rasante (una de las dos salas polivalentes, el espacio de personal y el restaurante).
Se mantiene de este modo la configuración espacial y de recorridos del edificio ferroviario original, aunque en lugar de subir a los trenes se baja a los patios mediante escaleras y ascensores de cristal. El espacio de la nave central se mantiene así como una gran plaza cubierta que aporta la sombra tanto necesitamos en el clima mediterráneo. En este espacio se aloja, en planta baja, el segundo espacios polivalentes, que puede configurarse con divisorias móviles o arquitectura efimera más o menos transparente en función de su uso.
3. NAVE ANEXA: En la planta original del proyecto de Alemandy, que hemos podido obtener de la Cátedra Demetro Ribes de la Universidad de Valencia, se aprecia la presencia de la nave anexa a la estación con cubierta a dos aguas, que pensamos que por ello debe considerarse como parte integrante e indisociable de la propuesta, con independencia de su actual titularidad. En consecuencia, se propone situar en esta nave anexa el auditorio, con capacidad para 362 personas. La demolición de la franja de construcciones añadidas existentes en este lateral de la estación permite crear un vestíbulo para el auditorio, en forma de pabellón acristalado, que no vulnera la permeabilidad visual con el parque que habrá más allá. Este pabellón dota además al auditorio de un posible acceso exterior independiente.
4. FLEXIBILIDAD: Con la organización espacial planteada se consigue, ademas del máximo respeto a la arquitectura y espacialidad originales, una máxima flexibilidad de uso, de modo que la sede de Casa Mediterráneo presentaría un aspecto acabado y una buena imagen en todas las circunstancias, con independencia del número de exposiciones o actos simultáneos que se estén celebrando.