Redacción proyecto: Javier Pérez Igualada / CB Arquitectes Associats.
Dirección de Obra: Javier Pérez Igualada / IV Ingenieros Consultores.
Empresa constructora: TORRESCÁMARA y Cia. S.A.
Inicio obras: Junio 2008
Final obras: Marzo 2009
El edificio Nº 7, objeto de rehabilitación, es una de las cuatro naves situadas en el recinto recayente a la calle Filipinas de la estación Valencia-Nord, atribuidas al arquitecto Demetrio Ribes, autor del edificio de la Estación del Norte de Valencia,
Estos edificios son naves rectangulares con cubierta a doble vertiente y muros sobre zócalo de mampostería, enmarcado por sillería. El ritmo de las fachas laterales lo marca la alternancia arco-pilastra, creando un juego repetitivo de gran efecto y calidad plástica. La fachada principal se remata con hastial triangular.
En todo este valioso conjunto arquitectónico se percibe el afán del modernismo valenciano que con referencias wagnerianas y secesionistas, invade las obras del nuevo ensanche; integrando la renovación estilística con los esquemas simétricos y tradicionales compositivos. El resultado es una composición estructural donde su clara funcionalidad industrial se conjuga con su artística envoltura, siendo representativa tanto de la arquitectura industrial ferroviaria como del panorama artístico y arquitectónico valenciano de principios del siglo XX.
La restauración realizada en el edificio 7 busca mostrar los materiales tal como son, sin maquillajes o revestimientos que oculten su verdadera naturaleza. Esta idea, que es tal vez la principal aportación de la edificación industrial a la evolución de la arquitectura de principios de siglo XX, implica poner en valor los elementos constructivos originales del edificio: la fábrica de paredes de carga de ladrillo macizo, la cercha metálica y la cubierta de teja.
Por ello, previamente, se han procedido a la supresión de los añadidos y elementos impropios. Así, por ejemplo, se han eliminado el falso techo de rasilla y yeso que tapaba la cercha de cubierta, el revoco exterior e interior de la fábrica de ladrillo de fachada, los cobertizos adosados al edificio y las tabiquerías y subdivisiones interiores.
La restauración del edificio, en concreto, ha supuesto las actuaciones siguientes:
Restauración de fachadas de fábrica de ladrillo: En primer lugar, se ha realizado una limpieza interior y exterior de la fachada, mediante un tratamiento de chorro de arena de silicato de aluminio que ha permitido eliminar el revoco exterior ennegrecido y el enlucido de yeso interior. Con ello, se ha dejado a la vista la fábrica de ladrillo macizo que forma las fachadas del edificio, así como los aparejos de los arcos de los ventanales. La fábrica de ladrillo ha sido tratada una vez limpia con productos transparentes. consolidantes e hidrófugos. Este tratamiento se ha hecho extensivo al zócalo de sillares y mampuestos de piedra caliza, donde se han repuesto las piezas estropeadas.
Restauración de cubiertas: La cubierta inicial es de teja apoyada directamente sobre el entramado metálico de la cercha. La restauración de cubierta ha consistido en retirar y acopiar la teja y colocar sobre dicha cercha un tablero sandwich, con alma de lana de roca y cara inferior de madera maciza, y un panel onduline, sobre el que se vuelve e reponer la teja original.
Restauración de elementos metálicos de estructura, carpintería y cerrajería: Se han conservado y restaurado tanto la cercha metálica original de cubierta y sus correas, como las ventanas metálicas, formadas por perfiles T, L y U. El tratamiento de restauración ha consistido en la eliminación de óxidos mediante chorro de arena, hasta dejar el acero desnudo, y pintura posterior en dos capas, una de preparación y otra intumescente de protección contra el fuego. En las puertas de acceso al edificio, los cierres metálicos existentes, sin interés, se han sustituido por unos portones metálicos panelados con madera de iroko y vidrio.
Creación de una entreplanta diáfana, que multiplica la utilidad del edificio al aumentar su superficie útil interior. Esta entreplanta, separada de las fachadas para conservar la especialidad interior de la nave, proporciona un techo para los necesarios locales de servicio (aseos, instalaciones, limpieza), minimizando su presencia. La estructura de la entreplanta está formada por soporte y vigas vistas de acero y una losa con grandes voladizos laterales. El diseño de las escaleras, con estructuras metálicas vistas y peldaños al aire de madera, es coherencia con la estética industrial de materiales desnudos y ausencia de ornamento.
El objetivo de la restauración, por otra parte, no ha sido el de eliminar las huellas del tiempo en la arquitectura. El viejo edificio, pues, conserva sus “arrugas” allí donde las tiene - la erosión de la piedra, los arañazos de vehículos en el ladrillo, la decoloración de la teja por el sol-, y no pretende parecer nuevo. La restauración persigue, simplemente, mantener el edificio sano y con vida, y hacer que siga siendo útil, que es la mejor forma de conservar el patrimonio arquitectónico.