EXISTENZMAXIMUM: ARCADIA NÓRDICA
Casa Markelius, Kevinge (Suecia), 1945.
Sven Markelius
Sven Markelius fue uno de los miembros fundadores del CIAM en 1928, coautor del manifiesto Acceptera! (¡Acepta!), que promovía la modernidad como nuevo sistema de valores, y más tarde director de planificación urbanística de Estocolmo. Construyó su primera casa propia, inspirada en las formas puristas de Le Corbusier, en 1933. Tras divorciarse, vivió en un apartamento de la casa colectiva que construyó en Estocolmo, un edificio de viviendas con servicios comunitarios, inspirado en el Narkomfin de Moscú.
Aunque siguió viviendo durante treinta años en la casa colectiva, Markelius construyó en 1945 una segunda casa propia en la playa de Kevinge. Es una casa de 230 m2, con un gran jardín y un estanque-piscina, junto al que vemos de espaldas a la hija pequeña del arquitecto, bañada por la luz de la mañana, pensando si se lanza o no al agua. Al fondo vemos a sus dos hermanos, que juegan en el suave talud de césped que conduce a la puerta de la casa, abierta de par en par como las ventanas, para que el sol y el aire entren su interior.
La casa está en un barrio residencial, no en mitad del campo. Sin embargo, parece inmersa en una naturaleza intacta. La piscina parece un estanque, su agua parece manar de la roca que hay junto a ella, y la vegetación y la topografía son las propias del paisaje de los paises nórdicos, con abedules sobre un terreno suavemente ondulado. Markelius ha creado un edén, artificial, pero edén al fin y al cabo, en el que sus hijos pueden jugar con libertad y bañarse desnudos. Los materiales de la casa, madera, ladrillo y teja, de cálidas texturas, se muestran tal como son, y contribuyen a la fusión con la naturaleza.
La casa de Kevinge fue lugar de peregrinación, e el icono del Nuevo Empirismo sueco. Muy alejada de cualquier intención formal vanguardista, no parece una casa de arquitecto, sino, simplemente, una casa muy agradable para vivir, una potente imagen de que una vida mejor es posible.
Aunque siguió viviendo durante treinta años en la casa colectiva, Markelius construyó en 1945 una segunda casa propia en la playa de Kevinge. Es una casa de 230 m2, con un gran jardín y un estanque-piscina, junto al que vemos de espaldas a la hija pequeña del arquitecto, bañada por la luz de la mañana, pensando si se lanza o no al agua. Al fondo vemos a sus dos hermanos, que juegan en el suave talud de césped que conduce a la puerta de la casa, abierta de par en par como las ventanas, para que el sol y el aire entren su interior.
La casa está en un barrio residencial, no en mitad del campo. Sin embargo, parece inmersa en una naturaleza intacta. La piscina parece un estanque, su agua parece manar de la roca que hay junto a ella, y la vegetación y la topografía son las propias del paisaje de los paises nórdicos, con abedules sobre un terreno suavemente ondulado. Markelius ha creado un edén, artificial, pero edén al fin y al cabo, en el que sus hijos pueden jugar con libertad y bañarse desnudos. Los materiales de la casa, madera, ladrillo y teja, de cálidas texturas, se muestran tal como son, y contribuyen a la fusión con la naturaleza.
La casa de Kevinge fue lugar de peregrinación, e el icono del Nuevo Empirismo sueco. Muy alejada de cualquier intención formal vanguardista, no parece una casa de arquitecto, sino, simplemente, una casa muy agradable para vivir, una potente imagen de que una vida mejor es posible.